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Por: Pedro Morales

Consultor digital y conferencista

Bill Clinton, presidente de los EEUU número 42 en dos periodos consecutivos 1993-1997 y 1997-2001, en su primer periodo tuvo que afrontar una crisis económica que arrastro a los Estados Unidos a una cifra de desempleados terminando el año 1982 del 7,3% de la población activa, las más alta desde el año 1984 lo que también desencadenó a los niveles de mayor desconfianza de los ciudadanos con el gobierno federal. Existía una gran sensación en la opinión pública de que en las instituciones del Gobierno existía un despilfarro excesivo de las cuentas públicas.

En ese nivel pudiéramos pensar que en estos momentos con la salida del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que se ha caracterizado por una imagen de permisividad a la corrupción, sueldos excesivamente altos de algunos funcionarios y un exceso de solicitud de préstamos sin una información clara sobre su utilidad obliga sin lugar a dudas al Gobierno entrante del Partido Revolucionario Moderno (PRM) con Luis Abinader al frente estar obligado a gestionar un Gobierno con claridad y responsabilidad en las cuentas del Estado.

Bill Clinton en el inicio de su primer periodo gubernamental dijo: Nuestro objetivo es que todo el gobierno federal sea menos costoso y más eficiente, y modificar la cultura de nuestra burocracia nacional orientándola de la autocompla­cencia y los derechos hacia la iniciativa y las facultades. Nos proponemos rediseñar, reinventar y revigorizar todo el gobierno nacional.

Una de las primeras actuaciones de Clinton en su primer periodo como presidente de los Estados Unidos, tal como indica el texto publicado en el «Portal Político del Ciudadano» fue realizar auditorias en todas las instituciones y departamentos del Gobierno de los Estados Unidos, no tan solo con la intención de la reducción de gastos, sino con la idea clara de mejorar el desempeño de las instituciones y conseguir convertirse en un Gobierno más eficiente.»

En aquel momento existían instituciones anquilosadas en el pasado e inclusive algunas que pudieran considerarse inservibles y que debían de ser removidas. En ese mismo sentido uno de los párrafos del informe arriba mencionado se indica de la necesidad de modernizar al Gobierno acorde a los avances tecnológicos y de la propia sociedad «Un siglo después de que la industria remplazó a la agricultura como principal empresa de la nación, el Departamento de Agricultura aún mantiene más de 12.000 oficinas de servicios en el campo: un promedio de casi cuatro por cada condado de la nación, sea rural, urbano o suburbano. El gobierno federal parece incapaz de librarse de lo que ya está caduco».

Sin lugar a dudas un Gobierno de Luis Abinader debe de empezar precisamente con la misma actuación que realizó en el año 1993 Bill Clinton, una auditoria profunda en todas las instituciones y departamentos del Gobierno de la República Dominicana para así con ello conseguir varios objetivos, conseguir la confianza del ciudadano con el Gobierno que lo representa, ser un Gobierno más eficiente y reducir los gastos públicos, cosa que ante la situación de crisis económica mundial en la que ya estamos sumidos sin lugar a dudas se ha convertido en una medida imprescindible.

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