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Por: Manuel Cruz

Cuando nadie podía siquiera imaginar el cataclismo que le esperaba al PLD, sin querer creerme un profeta desde octubre de 2017 comencé advertirle a un querido amigo miembro del comité político sobre la imperiosa e inminente necesidad de que, los distinguidos y avezados miembros del CP Lidio Cadet y el honorable embajador acreditado en Washington su excelencia José Tomás Pérez se mantuvieran totalmente al margen del proceso interno que se avecinaba; en virtud de que, estaba convencido de que venía otra guerra púnica entre Escipión y Aníbal y, por consiguiente, se necesitarían mediadores neutrales y respetados.

Me Cansé de Advertirlo.

Amparado en el principio draconiano de que la política es una guerra por otros medios, y muy consciente de que el PLD de Juan Bosch ya se había convertido en el coliseo romano; externé que debíamos estar preparados para ver cosas inimaginables dentro del partido. En efecto, comencé a escribir una serie de artículos todos los domingos que hoy pueden servir perfectamente para una serie de Netflix. Verbigracia, Rebelión en la Granja del PLD, Escipión y Aníbal en el PLD, Los Tres Caminos del PLD, El Senado Romano en el PLD, Todos o Ningunos, La Estrategia de Suma Cero en el PLD, Jugando Póker en el PLD, Aprendieron a Odiarse en el PLD y El PLD en Cuidados Intensivos, etc.

Dentro de ese contexto, manifesté en múltiples ocasiones que el comité político debía ejercer sus funciones y hacerle entender a ambos que un partido que busca mantenerse en el poder podía tener dos líderes; pero no dos gladiadores. Por eso, era un grave error y así quedó demostrado jugar póker apostando a ganar uno todo lo que perdiera el otro. Por tal razón, esgrimí la idea de que si las disyunciones ya habían hecho metástasis no quedaba otro camino que hacer un matrónimo de ricos que preservara los intereses del poder, o que se firmara el pacto de la desconfianza bajo la lógica del pragmatismo externado por Harold Lasswell.

La Propuesta de José Tomás.

Más allá de los desvaríos, los resentimientos y las chaladuras de aquellos que nunca han leído la República de Platón y, cuyo único éxito en sus carreras políticas ha sido que en diferentes momentos les hayan dicho “Ven tú”. Estoy plenamente convencido de que la propuesta política más importante, pragmática y asertiva que se haya presentado en el PLD en los últimos 4 años fue la externada por José Tomás; toda vez que, no podemos olvidar el principio Palmerstoniano de que “no existen los amigos ni los enemigos sempiternos, solo existen los intereses”. Empero, desgraciadamente muchos no entienden que el poder es más que Twitter.

Desde esa perspectiva, presagiando este momento presenté en 2018 en uno de mis escritos la siguiente interrogante, ¿por qué el comité político tiene tanto empeño en matar políticamente a un lobo feroz, que después vamos a necesitar para que nos proteja? La respuesta es muy simple, lo hicieron porque olvidaron que los triunfos del PLD emanaron del concepto bismarckiano contentivo en, “diversidad de criterios con un objetivo en común”. Sin embargo, muchos de ellos siguen perdidos en la anómala idea de que esos éxitos se debieron al “yo soy o nosotros somos”. Al parecer, olvidan que, por el odio, el resentimiento y el poder fue que mataron a Julio César.

Los Acuerdos y Lógica de la Política.

La propuesta del embajador José Tomás no solo es un axioma del realismo político; sino, que se desprende de la lógica política de hacer mayorías y de la profusa historia de los acuerdos políticos entre antagónicos. Por ejemplo, Francia e Inglaterra son rivales desde el siglo XI y firmaron la “Entente cordiale y el Sykes-Picot” por sus intereses. Alemania y la URSS el Ribbentrop-Mólotov, las conferencias de Moscú, Casablanca, El Cairo, Teherán, Yalta y Potsdam unió a la URSS, EE. UU y Gran Bretaña para decidir el nuevo orden mundial de posguerra. Los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel, los de Oslo, Dayton y muchos otros.

De igual forma, en la propia República Dominicana la Confederación de Partidos que agrupaba a los liberales de Desiderio Arias y a los nacionalistas llevaron a Trujillo al poder en 1930. Juan Bosch preconizó el borrón y cuenta nueva para conseguir el apoyo de los trujillistas, quienes exiliaron a Balaguer los subieron en 1966, el general Wessin y Wessin acordó con todos sus enemigos y fue el candidato vicepresidencial del Acuerdo de Santiago en 1974, Peña Gómez públicamente le ofreció un acuerdo a Bosch en 1990 aun cuando este ni su nombre mencionaba, Leonel llegó con el Frente Patriótico en 1996 y Danilo en 2012 con el apoyo resuelto de su antiguo rival. Nunca olviden, “que es mejor una mala avenencia, que una buena sentencia”.

 

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