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Santo Domingo. – El éxito es solo proponértelo para lograrlo, no existen barreras y mucho menos fronteras cuando de lograr lo que nos proponemos se trata, y eso es lo que ha demostrado el diseñador dominicano arraigado en Miami, Martín Polanco, quien ha conseguido su éxito con sus atractivos diseños de chacabanas o guayaberas calar, no solo en el Caribe, sino también en Europa y Estados Unidos.

Es preciso destacar que en la actualidad Polanco promueve lo que ha denominado ‘El tour de las guayaberas’, una iniciativa con la que busca llevar esa prenda a Europa y Medio Oriente.

El camino principia el próximo 21 de julio e incluye Venecia, Roma y Milán, en Italia, donde estará acompañado de la también exitosa diseñadora dominicana Giannina Azar, para luego trasladarse a París, Madrid y Marruecos. En noviembre estaría en Dubái, Qatar y Abu Dabi.

“O sea, eso es lo que haríamos en “La vuelta al mundo en Chacabana”, ya luego iríamos a Estados Unidos, Miami, Boston, Los Ángeles, Nueva York. Eso que nosotros presentemos en esos países va a ser producido por jóvenes dominicanos y yo me estoy esforzando por reclutar a jóvenes para que esos productos sean de manos dominicanas, que no tengan que fabricarse en ningún otro país, sino que salgan de aquí”, explicó Polanco.

De esta manera, indicó que esta prenda se debe seguir cultivando para consolidar la marca, ya que a su juicio es el momento para hacerlo, debido al boom que el rasgo latino se extiende con la música, la cultura, y la mejor manera de hacerlo en la moda es con la guayabera.

Y justamente de esa prenda acaba de presentar recientemente en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este lo que ha denominado como la Colección Fénix, en un desfile donde participaron estudiantes de la escuela de modas Juan Pablo Duarte, la cual preside, y en el que se presentaron atractivos diseños bordados hechos a mano.

Sobre ese proyecto, destaca que forma parte de lo que considera una responsabilidad con los jóvenes, y aportarle al país algo de que lo que tanto su tierra le ha dado.

“Entonces ahora mismo el proceso es desarrollar nuevos talentos, uno se va a ir a la rama de diseño, otro de costurero, y otro de patronaje, porque en cada barrio, cada sector escoger esos jóvenes que no están estudiando, que no saben lo que van a hacer, que están desenfocados de la vida, nosotros los estamos reclutando para llevarlo al área de la costura, lo llevo ahí porque eso es lo que yo puedo aportar, es lo que tengo, y es lo que Dios me dio”, añade Polanco.

Las escuelas de moda que llevan su nombre también se están instalando en Los Alcarrizos, en Villa Mella, y en Santo Domingo Este, además de la Juan Pablo Duarte tiene otras dos en el Invi y Los Tres Brazos, porque tiene la convicción de que los jóvenes de los barrios hay que abrirles las puertas para que puedan avanzar, lo que asegura solo se puede lograr dándoles la oportunidad.

Su historia
Tras el fallecimiento de su padre, con apenas 12 años de edad, empezó a ganarse el sustento, junto con un hermano suyo vendiendo ropa en la calle, negocio con el que se fueron dando a conocer como ‘Los Hermanos Polanco’, pero que un buen día se vio peligrar con la escasez que se originó al prohibir la entrada al país de prendas usadas.
Eso fue suficiente para que despertara en él la chispa de lo que sería el inicio de una gran pasión que hasta ese momento había mantenido oculta: el diseño.

“Sucedió algo que dejaron de entrar esas ropas usadas, y nosotros por la necesidad de seguir trabajando, las que teníamos las desamblamos y las utilizamos como patrón, o sea, eso fue por la necesidad que hicimos eso”, recuerda el diseñador.

Con su innovadora creatividad se fueron dando a conocer ampliando sus ofertas y, por consiguiente, su cartera de clientes, lo que llevó al joven a tener que incursionar en los estudios para aprender esta carrera y pasar de ser un empírico a un profesional en el área.

Es ahí cuando decide entrar a la universidad Unphu a estudiar corte y confección, y luego al instituto de Mercy Jáquez, para terminar en la escuela de Altos de Chavón, donde hizo todos los cursos de diseño, pintura, y otros.

“En ese tiempo ya nosotros trabajábamos, ya tenía mi primera máquina y le estábamos cosiendo a algunos artistas, eso nos llevó, yo en particular, a que descubriéramos el diseño, porque teníamos que estar innovándole a cada uno, o sea me hice psicólogo con cada uno de los artistas, porque teníamos que descubrir sus gustos, su forma, qué le iba bien, y eso me llevó a desarrollar una destreza”, destaca.

Sus innovadores diseños le han abierto las puertas para que hoy pueda llevar sus productos a cualquier país del mundo e incursionar en proyectos para posicionar una de sus principales prendas, como lo es la guayabera en una marca país.

¿Cuándo entendió que se podía?

“Cuando yo estaba empezando, le hice el diseño a Sergio Vargas, cuando se presentó en Altos de Chavón, ahí fue que entendí que se podía, cuando vi mi talento en el escenario, cómo se veía, cómo la gente lo recibió, cómo la gente habló de eso, eso me impactó y me llevó a hacer más. Eso fue lo que me hizo que yo me convirtiera en lo que quizás soy hoy. Le he hecho a Daddy Yanquee y a Raphy Pina”. A este último lo ha vestido toda la vida, porque lo considera como un ahijado, ya que su padre fue quien lo ayudó cuando llegó a Puerto Rico.

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